No persigas algo simplemente porque crees que se te escapa, eso de que el tren pasa una sola vez es puro cuento.
No siempre es ahora o nunca, a veces se nos olvida que podemos elegir, que existe lugar para la pausa y que en ocasiones tendremos que perder las oportunidades necesarias para dar con la que sí nos lleva al norte.
Hay que hacer las paces con los trenes que dejamos ir porque esa es la única forma de poder reconocer a los que realmente vienen por nosotros. Qué importa si llegaste tarde, si la puerta se te cerró en la cara fue porque esa no era la tuya. A lo mejor lo que buscas es una ventana.
El tren pasa mil veces, pero solo tú decides lo que llevas y cuando te subes. Nunca ha sido fácil eso de soltar y no existe una forma correcta de hacerlo.
La verdad es que nadie sabe andar con las manos vacías, y qué difícil que se nos hace entender que las necesitamos así: Libres, para caernos en paz.
- Lunatintaypluma