Hay cosas que solo se revelan cuando dejo de correr.
No es que el mundo se vuelva más claro. Es que, por fin, tengo espacio para verlo y lo detalles que antes se escaparon me empiezan a mostrar la cara.
Una grieta en la vereda, la liga del gimnasio que forma un corazón, la luz de las nueve. Hay días en los que siento que las cosas me hablan bajito como para animarme a estar en silencio con ellas.
Urge soltar el acelerador. Tal vez no es un gran gesto. No hace ruido. Tal vez es un cambio un poco imperceptible pero tan importante como cuando te das cuenta de que llevas rato sin respirar profundo.
Es cierto que el mundo no se detiene cuando tú lo haces, pero sí cambia lo justo como para que seas capaz de ver lo que necesita mostrarte.
El aire se siente distinto cuando no hay apuro. Lo notas en la piel, en la punta de la nariz, en las ganas incontenibles de extender los brazos cuando hay viento.
Por un momento, (aunque sea breve) me doy cuenta de que el mundo también respira, que tal vez lo ha hecho siempre, solo que yo estaba demasiado distraída como para notarlo.
¿Dónde estás cuando no estás?
Veo pantallas por todos lados: alguien revisando mails, otra persona perdida en un juego y más de un niño hipnotizado por el celular.
Pienso en cuánto tiempo paso deslizando el dedo en una pantalla sin saber qué estoy buscando. Es una especie de hambre rara. Te da gusto un par de segundos y después se borra. No deja marca, no construye nada. No llena.
Comienzo a vaciarme y no me doy cuenta. Me digo que estoy descansando para justificar el siguiente estímulo. Espero ansiosa al golpe de dopamina que viene y me lleva a un sitio en el que estoy pero no puedo existir nunca.
No he dejado las redes. Las uso como todos. A veces me irritan, a veces me hacen reír pero siempre que pienso en deshacerme de ellas me detiene la creencia (absurda) de que me estoy perdiendo de algo. Me descubro cerrando y abriendo aplicaciones sin recordar por qué.
Me distraigo lo suficiente como para no darme cuenta de que me estoy distrayendo.
Creo que son muy pocas personas las que eligen renunciar al ruido. Alguien que come solo en un restaurante, alguien que se detiene a mirar el cielo o que lee un libro me regala una esperanza (no tan absurda) de que no hay nada malo en ir más despacio, y a veces eso alcanza.
Cuando soy capaz de dejar el teléfono siento que el mundo recupera su textura. Las cosas pesan sobre lo real. Las ideas duran más de cinco segundos y se sienten más vivas. No todo está para ser compartido, ni todo lo que pienso necesita likes. Y eso es un alivio.
Es como si el ruido se bajara un poco y pudiera escucharme de nuevo. Vuelvo a leer por gusto. Vuelvo a escribir con bolígrafo en lugar de teclas y siento que hay algo de mí que también regresa.
Quizá lo que necesito no es más tiempo, sino aprender a habitarlo distinto.
Es tentador seguir de largo y sin mirar.
Pero estar presente también significa estar con lo incómodo. Las partes tristes. Las cosas que duelen y que uno evita cuando va apurado. Y entiendo por qué a veces preferimos el scroll: no se siente tanto.
Prestar atención, aunque duela un poco, también es una forma de cuidarte. A veces no resuelve nada, a veces parece que no cambia el mundo. Pero lo reconoce. Y eso en estos tiempos ya es bastante.
A veces fantaseo con una vida más suave, más lenta. Sé que existió y también sé que yo llegué muy tarde. Menos pantallas, más tiempo sin medir, menos prisa por llegar a ninguna parte.
Creo que incluso ahora, frenar es un privilegio. Que no todo el mundo puede darse ese lujo. Que yo misma muchas veces no me lo permito.
Pero lo necesito, y sigo intentando.
No quiero otro mundo. Solo quiero estar mejor en el que ahora ando.
-lunatintaypluma
Qué difícil se me hace no pensar en el momento siguiente. Incluso cuando acabo de escribir esto. Seguro tú también tienes mil cosas que hacer, pero hoy te detuviste a leer esto. Hoy, por un ratito, bajaste el volumen y créeme que cuenta.
Sé que es casi imposible alejarnos de estos aparatos, (mucho menos si trabajas con ellos) pero siempre hay espacio para respirar.
Inhala y exhala profundo profundo!!
gracias por leer hasta acá.
ve a desconectarte.
te quiero
-gaby
Me encantó leerte porque últimamente también reflexiono mucho sobre los tiempos y las prisas y me gustó leer tu perspectiva 💫 gracias por compartir, ojalá haga pausar a alguien 💕
Antes el scroll era una forma de escapar de tu mente pero ahora como escapas del scroll para saber qué es lo que realmente tienes en la mente