El tiempo no cura, desenfoca. (esa es la forma que tiene de ayudarnos a recordar sin dolor.)
Porque lo borroso es interpretable, y lo interpretable es mucho más fácil de digerir.
Así es como intentamos que la memoria nos juegue a favor, lo narramos distinto porque así lo vemos, porque no está claro, porque nos convencemos de que así es mejor. Pero no puedes fiarte porque…
La memoria es un animal indomable: un día te lame la mano y otro te la intenta arrancar.
Siempre he pensado que todo lo que vivimos se guarda en distintas partes del cuerpo. Sé que las cosas de las que me arrepiento hicieron casa en la mandíbula, (el dentista le llama bruxismo), el miedo eligió estomago y los sueños las puntas de los dedos.
Pero lo que se guarda en la memoria tiende a volverse ilegible con el tiempo, y si hay algo que ya deberíamos tener claro a estas alturas es que pelear contra el tiempo es pelear para perder.
A veces pienso en que hay cosas de las que quisiera olvidarme por completo. (escribo esto y por dentro escucho lo que seguro suena en las montañas cuando la nieve se comienza a deslizar).
Porque si no tienes cuidado, la memoria arrasa y te entierra hasta el cuello para mostrarte que: eso que pensaste que no iba a volver se hace presente en forma de avalancha y aunque lo hayas escondido en el último cajón del armario, puede regresar cuando le da la gana.
Pero no puedes borrar el recuerdo y quedarte el aprendizaje. No funciona así. De todos modos creo que el precio que se paga dependerá de lo que necesitas, (quieras o no) aprender.
Los días en los que no podemos solo le entregamos el trabajo sucio al tiempo. Pero el tiempo no es un verdugo, no tiene por qué sacar la basura de nadie, ni tampoco ir por la escoba para espantar arañas.
Lo único que puede hacer el tiempo es quitarle lo atractivo al viaje de vuelta. Hacerlo tan borroso hasta que seas tú quien decida que no hay motivos para volver algo que ya perdió el sentido.
A pesar de que sea un juego de alto riesgo, me gusta pensar que muchas veces volvemos a lo que dolió porque en el fondo, (quizás incluso más abajo), tenemos la esperanza de que en un viaje de vuelta por fin vamos a ver que se comienza a borrar.
Dicho esto, es imprescindible tener en cuenta que difuminar lo que nos duele quizás ayude a sobrellevarlo, pero nunca a quitarle lo cierto.
El dolor existe, está, y necesita ser escuchado. El dolor es certeza y por eso la gente dice lo que dice de la verdad.
El tiempo no cura, desenfoca
hasta que llega un día en el que volver,
ya no provoca.
- lunatintaypluma
Quisiera que escucharas el aplauso y ovación de pie que hice después de leer esto, el tiempo desenfoca es cierto y si nos negamos a sentir el dolor guardándolo en el desván de la memoria no servirá de nada, escribes precioso gracias por este texto
Uffff, muy bueno! El tiempo no cura la herida. Lo que la sana es destaparla y echarle desinfectante y poco a poco ir soportando ese pequeño escozor hasta que se vuelve piel sana y ya no duele. Pero eso de que el tiempo todo lo cura no es más falso, solo hace que sea borroso y lejano. En mi caso, para no olvidar mi mente lo proyecta en forma de pesadillas durante las noches para que sepa que he de trabajarlo y no lo entierre. Porque me da pánico mirarlo a la cara. Porque es muy duro pero he de hacerlo. Gracias 🫂