no estás fallando, te estás buscando

si "el propósito" fuera tan evidente y tan ruidoso, no tendríamos que buscarnos tanto por dentro.

Hay cosas que no se preguntan en voz alta porque no quieres asustar a nadie, pero te carcomen igual. Te acompañan al supermercado, te hacen compañía en la fila del banco y te observan mientras finges que aún no las ves.

¿Para qué carajo estoy aquí?

Es raro, porque no es tristeza, es más bien el vacío incómodo de saber que estás vivo, pero que no tienes idea de qué se supone lo que viniste a hacer con ello.

No es que no quieras saberlo, quieres tener una dirección, un “esto soy”, un supuesto motivo que acabe con tanta preguntadera.

¿qué es un propósito? ¿se nace con él o se lo encuentra?

Hay cosas que describimos porque definirlas nos es casi imposible. Creo que el propósito es una de ellas. No tengo una sola respuesta para lo que es, pero sé que no te lo entregan en la cuna del hospital. Sé que no aparece si cavas lo suficiente y que no es un mapa escondido ni tampoco un tesoro esperando a que alguien lo desentierre.

Sé que el universo te da señales pero no de esas con luces de neón que dicen: "es por acá".

A veces pienso que el propósito es algo que se construye. Que se hace con las manos sucias de tanto intentar. Con lo que te duele, con lo que te mueve, o con eso que no siempre entiendes muy bien qué es pero que igual sigues buscando.

No hay una voz que te lo cuente desde arriba. Es más parecido a algo que solo aparece cuando realmente te quedas en silencio.

Tal vez no tienes idea de dónde está pero sí de cómo se siente:

-Es eso que eliges seguir haciendo incluso cuando nadie lo nota (a veces ni tú).
-Es lo que defiendes a pesar de que te tiemblan las piernas.
-Es lo que te hace sentir vivo, aunque no siempre te haga sentir seguro.

Así que no, no creo que se nazca con uno como pasa con el color de ojos o el tipo de sangre. Y tampoco creo que lo encuentres una sola vez y ya. Creo que cambia. Que se mueve contigo. Que a veces se esconde o se transforma hasta que estés listx para seguirle el paso.

Hay propósitos que se descubren en medio del desorden. Otros que se construyen después de una caída. Algunos que se inventan, porque nadie nos enseñó a buscarlos.

Y está bien. No hay una sola forma de tener sentido.

He pensado también que tal vez el miedo no viene de no encontrarlo nunca, sino de tener uno que no suene tan heroico o que no parezca digno de enmarcar para que el resto pueda admirarlo contigo.

Pero si el propósito fuera tan evidente y tan ruidoso, no tendríamos que buscarnos tanto por dentro.

Todo el mundo habla de él como si fuera una brújula que viene de fábrica. Como si en algún momento fuera a llegar en forma de luz o de viento dramático pero no es así. A mí no me pasó, no sé si a ti.

Lo que sí sé es que duele. Duele estar y no saber por qué. Duele sentir que cada paso es improvisado, o que vas armando tu historia con el terror de haber estado caminando en círculos todo este tiempo.

Pero también hay algo sagrado en no saber. Algo brutalmente honesto. Porque cuando no tienes respuestas, aprendes a escuchar lo te queda por dentro: tu intuición, tu cansancio, tus ganas de entender eso que ahora está borroso.

Y ahí, tal vez, empieza algo parecido a una respuesta. No como una meta, sino como una dirección que nace de comenzar a escucharte.

No es una revelación divina, sino una pregunta que se responde de a pedazos y on actos pequeños. Con decisiones que nadie aplaude. Con lo que haces cuando no te queda energía pero igual sigues. Con lo que repites aunque no te dé resultados inmediatos.

He aprendido que uno puede estar profundamente perdido y, al mismo tiempo, profundamente vivo. Que no saber adónde vas no te convierte en fracaso. Te convierte en humano. Y aunque se nos olvide, al final somos eso.

También sé que la incertidumbre tiene mala fama porque nos vendieron la idea de que la seguridad es lo correcto, lo deseable. Pero la verdad es que la estabilidad y el miedo muchas veces juegan a los disfraces.

Y nada está escrito.

No saber te obliga a escucharte, a no mentirte. Creo que eso es más valioso que cualquier plan de cinco años.

Así que no te castigues por no tenerlo claro o por no haber“llegado” a quien sabe dónde (porque quizá nadie llega nunca). Quizás todos estamos aquí intentando entender algo que no se explica con palabras, mucho menos con logros.

Quizá el propósito es simplemente seguir…
seguir sintiendo, seguir cuidando, seguir buscando lo que te enciende un poco aunque no sepas muy bien la forma que tiene.

Pienso que estar perdido también es una manera de estar en el camino (aunque no nos guste). Nadie se siente perdido si no está intentando llegar a algún lado.

No sé si eso consuela o si solo confunde más pero si estás leyendo esto y no sabes que hacer: quédate. Quédate contigo, aunque no sepas quién eres todavía.

El propósito por ahora es simplemente no dejar de buscar.

No estás fallando. Te estás buscando

y eso vale más.

te quiero,

-lunatintaypluma

---

Encontré la escritura después de estar perdida por bastante rato, y ahora que ya somos amigas puedo decir que ella fue la que realmente me encontró a mí, (aunque a mí me hubiera gustado que sea antes) la verdad es que en ese entonces no era yo.

Creo que hay versiones de nosotros ligadas a ese propósito, y me gusta pensar que a veces necesitamos conocerlas primero para poder entenderlo. No me refiero a convertirme en otra persona, sino a dejar de resistirme a las experiencias que me enseñan lo que primero necesito aprender sobre mí.

Sigo cambiando y transformando mi idea de “por qué estoy aquí”. (Aún no tengo una respuesta) Puedo decirte que aún estoy intentando amar la búsqueda (aunque muchas veces me aterra y aunque gran parte del tiempo no tengo idea de qué es eso que estoy buscando.)

No hay una gran respuesta,

Estás exactamente donde se supone que debes de estar porque si tuvieras que estar en otro sitio, estarías allí.

y eso es un alivio.

A día de hoy basta con que estás, leyendo aquí, conmigo.

tú sabes quien eres,

te amo.

-gaby