no renuncié a mi trabajo
no llené la agenda
no medité
ni tampoco aprendí un nuevo idioma.
fui amable (aunque no conmigo)
solté, (pero no sin que antes alguien me obligara a hacerlo)
"Voy a empezar a correr"
"Voy a comer mejor"
"Voy a escribir todos los días"
no tengo idea a donde van esas promesas incumplidas.
Pero sé que hay semillas que sembré y se quedaron esperando a que regrese para echarles agua,
Sé que los gimnasios vuelven a vaciarse antes de febrero y que hay metas que nunca dejaron el banco de suplentes.
Sé que la la listas de deseos son tan grandes que (a veces) mienten.
no ahorré,
no pinté
ni tampoco aprendí a tocar guitarra
Para.
Tal vez no fue un año para hacer, sino para entender.
Entender que lo urgente tapa lo importante
y no es que el tiempo pase rápido sino que vivimos tan deprisa que no nos damos cuenta de que se está yendo.
Entendí que el momento perfecto es un lugar al que siempre se llega al día siguiente
y que a veces necesito quedarme un rato en el borde para sentirme un poco más valiente.
Hay caminos que dibujé y aunque no me atreví a cruzarlos, me llevaron a tocar puertas diferentes.
Aprendí que hay distancias que no se deben de acortar
y que lo que no se intenta se encoge como un suéter viejo hasta que ya no calza.
Hay cosas que no se pueden hacer sin antes entenderlas.
Creo que hay metas que se quedan atrás para que otras versiones de nosotros sí puedan recogerlas.
-lunatintaypluma
Tal vez necesitaba más un año comprensivo que productivo. Espero que tu 2024 haya sido igual.
te quiero mucho
-gaby
Maravilloso poema, yo también me identifique con el, definitivamente fue un año para no hacer, pero si para analizar, para tratar de entender, para pulir algunas ideas que a lo mejor mas adelante puedan florecer.
Un fuerte abrazo.
Muchísimas gracias por compartir este poema porque resuena con el tipo de año que tuve